La santificación del día de reposo || William Gouge

Descripción

Si existe un mandamiento de Dios que sea más descuidado, más despreciado, más olvidado y uno que ha suscitado grandes controversias, es el cuarto mandamiento. Incluso entre los que profesan ser cristianos se atreven a decir que es, como dice el autor, «un agravio hecho a los cristianos» el decírseles que deben apartar un día para la adoración a Dios, según Su mandato. Y la necesidad de ser instruidos, reprendidos y exhortados en cuanto a este tema sigue siendo muy apremiante en nuestros días. Y sin duda alguna uno de los mejores maestros en cuanto a esto último es el gran puritano William Gouge, conocido como alguien sumamente piadoso y de gran beneficio para las almas de los hombres en su época, alguien quien no solo enseñó a cómo observar correctamente el día de reposo cristiano, sino también alguien que lo practicaba, pues se dice que «era un estricto observador del día de reposo».

En forma de preguntas y respuestas (catecismo), Gouge nos enseña los fundamentos de la moralidad del día de reposo, cómo debemos santificar este día, cómo se fundamenta el cambio del séptimo día al primer día de la semana, cuáles son aquellas cosas aberrantes que hacen que se profane este día, y por último qué razones o motivos tenemos para ser suscitados a la santificación de este día. Y hace todo esto con una cantidad grande de fundamento bíblico. Este escrito es sin duda alguna muy adecuado para el estudio y memorización personal y también para la instrucción familiar, de manera que seamos recordados cada día a apreciar, desear, defender y santificar grandemente este precioso día, considerando también que «el día del Señor es un día de mercado espiritual, en el que podemos obtener tal provisión espiritual que puede alimentar y sostener nuestras almas la semana completa siguiente y, por lo tanto, semana tras semana mientras vivamos en este mundo».